Alma artística: Manolo Caro

Nacido en Guadalajara y con tan sólo 30 años de edad, el cineasta presentó La vida inmoral de la pareja ideal, cinta que protagonizan Paz Vega, Cecilia Suárez, Manuel García Rulfo y Natasha Dupeyrón, entre otros.

El cineasta, quien estudió arquitectura en el Tecnológico de Monterrey, se crió en el rancho familiar y desde pequeño demostró pasión por el lenguaje audiovisual.

Por ello, durante su paso por la universidad, Manolo se inscribió a la convocatoria que la agencia de publicidad BBDO lanzó por la presentación del nuevo auto Smart. Fue así como se mudó a la Ciudad de México y comenzó a hacer cortometrajes, siendo el más famoso Gente bien atascada, que se estrenó en 2007 y contó con la actuación de Cecilia Suárez, Luis Roberto Guzmán y Miguel Rodarte.

Una vez que probó la dirección, se enamoró y emprendió su viaje a Madrid, donde estudió cine con Juan Carlos Corazza y destacados actores como Javier Bardem, Elena Anaya y Margarita Rosa de Francisco.

Al finalizar sus estudios, el tapatío regresó a la capital de nuestro país y grabó su primera película, No sé si cortarme las venas o dejármelas largas, obra que lo colocó en el foco del séptimo arte mexicano.

 Desde entonces, Manolo ha continuado con su verdadera vocación y en su repertorio como director y guionista cuenta con cintas como Elvira, te daría mi vida, pero la estoy usando, y Amor de mis amores.

Ahora presenta su nueva trama, la cual cuenta la historia de dos adolescentes, Lucio y Martina, quienes después de un tórrido romance de juventud se reencuentran 25 años después para revivir momentos clave del pasado.

Con el típico humor del escritor y con el uso extremo de éxitos musicales de la década de los noventa, el espectador es transportado a una época en la que el primer amor lo es todo y en la que el descubrimiento sexual e individual comienza a cobrar importancia.

A continuación, Manolo explicó qué fue lo que lo llevó a crear esta obra y en que se inspiró para conseguir tan excelente resultado.

¿Y tú, cómo viviste esa década?

Estaba muy chico, tenía como ocho años, entonces, para la película me tocó hacer mi ejercicio de investigación. Hablé mucho con mis hermanos, leí, vi muchos álbumes fotográficos y me sumergí en la música y el movimiento de rock en tu idioma. Me la pasé escuchando canciones de Soda Stereo, Caifanes y Los Prisioneros. Pero lo más importante fue el recordar a mi primer amor y el cómo se sentía esa libertad de comerte al mundo, es lo más hermoso del planeta y hay que celebrarlo.

¿Hay algo de esos años que te marcó como persona?

Sí, en definitivo la música, de hecho, la canción con la que abre la cinta, que es Cuando pase el temblor, de Soda Stereo, me vuelve loco y es un placer tener la voz de Gustavo Cerati en mi obra, ése fue un regalo que me di.

¿Qué satisfacción te deja ver el proyecto realizado?

Es la película más divertida que he hecho hasta ahorita y de verdad la gocé. Todo fue gracias al gran elenco, el rodaje y el equipo; de verdad, volvería a trabajar con cada una de las personas que participaron y creo que eso se nota claramente en la pantalla.

¿Cómo ha ido evolucionando tu trabajo como director?

Las horas en el set se notan, el estar ahí, forjando, experimentando y hablando con los actores hacen que me sienta más seguro y pleno con lo que quiero y con lo que no quiero. Ahora soy más directo, y nunca pierdo esta sensación de querer sorprender a la gente, me siento más cómodo.

¿Qué mensaje buscas transmitir?

Que hay que vivir con total libertad, mientras no le hagas daño a nadie, eres libre de experimentar, ejercer y aceptar tu sexualidad y tu ser tal como es.

¿Para quién es esta película?

Para todos, de adolescentes en adelante, ya que es para reír, cantar, vivir la nostalgia, enamorarte, llorar y darte unos besos.

¿Qué sigue para ti?

Estaré haciendo una serie original con Netflix, cuando termine la promoción de la película me tomaré una semana de vacaciones para luego meterme de lleno a este proyecto que me emociona mucho. Me encargaré de desarrollar, escribir y dirigir la serie para la empresa, creo que estoy en el lugar correcto, porque me han dejado absoluta libertad. Será de 13 capítulos de media hora y es sobre una familia que es dueña de una florería.

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