Perfiles

Aldo Chaparro, reflejo de un hombre con arte II

Aldo Chaparro suma 25 años de producción artística en México

Arturo Emilio Escobar

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Durante un recorrido por su estudio en la Ciudad de México, el artista peruano comparte sus motivaciones y búsquedas que lo han guiado por sus primeros 25 años de producción artística en el país.

 

RECURSOS Y MATERIALES

En el arte contemporáneo muchas veces se esconden las fuentes, se mezcla y se disuelve el origen de donde provienen las ideas, el sentido experimental, pero Aldo es transparente, honesto, por eso su intención nunca ha sido ocultar de dónde surge su experiencia artística. “Mis primeras piezas fueron en acrílico, pero yo necesitaba un soplete para doblar y arrugar el material, era algo que me molestaba: el problema era usar un intermediario”.

Sin embargo, cuando empezó a trabajar con hojas de acero abandonó el acrílico porque él quería una relación directa con el material, y ahora para crear sus obras utiliza sus manos, las rodillas, su propia fuerza: “es una pelea, porque la hoja llega perfecta, plana y pintada”. Él trabaja en el piso —en un proceso siempre diferente—, formando el reflejo de su estado anímico, por eso, “cuando estoy enojado las piezas quedan fantásticas, hay un desfogue en la acción. Realmente considero que mi proceso es más una destrucción que una construcción”.

 

 

Fotos Sergio Bejarano

 

 

La parte tecnológica está en la pintura que recubre las hojas de acero, un destello de color que procede de BMW, pues hizo un acuerdo con esta marca para utilizar sus talleres y colores, aplicando la técnica electrostática o la pintura al horno.

El proceso para crear una de sus esculturas en acero es rápido: hacer los pliegues y dobleces le puede llevar 45 minutos, pero jamás podría replicar la obra, porque todas son únicas.

“La gente piensa que puedo doblar y seguir doblando la hoja hasta el infinito, pero no pasa eso, cada uno de los pliegues crea un esqueleto, una estructura que la hace estable, entonces llega un momento en el que la pieza se colapsa y yo ya no puedo hacer nada”.

 

Fotos Sergio Bejarano

 

 Es ahí cuando la escultura terminó de formarse, nació para reflectar luz, está lista y es capaz de hacernos vibrar al vernos frente a ella. En contrasentido, su trabajo en madera arropa una vocación primaria: el tótem, que surgió como un gesto simple para definir la forma. Así, la geometría es esencial para hacer salir su alma: es una exploración sencilla, incluso en sus primeras piezas no sabía lo que pasaría, él planificaba el proceso, pero el resultado fue siempre una sorpresa.

“Hace un par de años, cuando seguía trabajando con los aceros, me di cuenta que necesitaba un contrapunto en mi producción, algo que no viniera de un proceso industrial, que tuviera un carácter más hecho a mano, y supe que regresar a la madera era una buena alternativa”, recuerda.

Fotos Sergio Bejarano

 

Asimismo, Aldo Chaparro está convencido de que hay una relación muy estricta entre concepto, material y tiempo de resolución, “porque cada idea tiene su material y, una vez que lo identifico, es muy importante el tiempo que me lleva la ejecución: si a una pieza que necesita dos días le doy tres, la arruino, o si le dedico dos horas y media de trabajo y necesita cuatro no estoy logrando su expresión máxima”.

 

 

PLATAFORMA DEL ARTE

Aldo vivió de cerca el desarrollo de la escena artística en nuestro país, además ha visto a muchos autores extranjeros utilizar a México como su plataforma, “como es el caso de Francis Alÿs, Santiago Sierra y Thomas Glassford. La Ciudad de México es un extraordinario trampolín que no le pide nada a ninguna ciudad en el mundo”. Cuando decidió emigrar de Lima para establecerse en México, rápidamente se dio cuenta que debía tener una carrera internacional, porque, a pesar de que hay otros creadores peruanos muy cotizados, como Ramiro Llona que vende sus piezas entre 60 y 100 mil dólares, todos eran locales.

Actualmente ese regionalismo ha cambiado, hay una nueva generación que ha cruzado fronteras y está haciendo cosas increíbles en el mundo del arte, como José Carlos Martinat, Fernando Bryce y Armando Andrade.

Fotos Sergio Bejarano

 

“Para mí ha sido complejísima y durísima esta voluntad de hacer arte, pero ahora creo que puedo cobrar de alguna manera los resultados de mi esfuerzo, con plataformas que me permiten dar mi opinión”.

Al adentrarnos en su estudio descubrimos su fijación por lo natural, por la transición de la vida. Entre varias estructuras óseas, caparazones de tortuga, plantas y aves vivas que cantan, también se encuentran prototipos, frases, libros y piezas que ha configurado a lo largo de su carrera.

 

 

Fotos Sergio Bejarano

 

Además, en su casa colecciona textiles de todo el mundo, tapetes antiguos, cojines, e incluso algunas telas que por sí mismas son magníficas. “Siempre he pensado que producir una obra es como tomarle fotografías a un río, porque la siguiente imagen —el segundo después— es completamente diferente, es algo muy sutil", advierte. "Mis piezas en acero son instantes que cambian con la luz, lo que comunican depende de la percepción e historia de quien las observa”.

 

Fotos Sergio Bejarano

 

Tras 25 años de trayectoria, el siguiente paso de su estudio es desarrollar proyectos públicos, aunque ya tiene piezas urbanas en Monterrey. Actualmente trabaja en nuevas obras para la ciudad neoleonesa y Veracruz, donde seguirá experimentando con la geometría, utilizando materiales que resisten la intemperie, como el concreto, fierro y acero corten.

 

Aldo Chaparro, reflejo de un hombre con arte