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Stories by Sofía: Te quiero con condiciones o para nada

Tú, la misma de ayer, la incondicional...
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Tú, la misma de ayer, la incondicional… la que no e s p e r a n a d a”. Que bonitas son las letras de las canciones, cuando se quedan ahí, en un canto eufórico que trae a flor de piel los sentimientos más bellos. Pero, chavas, temo decirles que las canciones, al igual que las películas, nos han arruinado.

¡Que se jodan las canciones de amor! ¡Que se terminen esas películas fantasiosas que nos han creado expectativas irreales de lo que es una relación! El amor incondicional no solamente no es real, tampoco es sano. Ese “amor” de “te aguanto todo, pase lo que pase, hagas lo que hagas porque te amo”, es la enseñanza más cruel y peligrosa que nos ha dejado Hollywood.

Además, que tremenda pereza estar con alguien que sientes tan seguro, así no se pueden valorar las cosas. Yo quiero amor del bueno, amor condicionado. Quiero un amor que me exija, que me haga crecer, que me obligue a respetarlo, a satisfacerlo, a enamorarlo día tras día.

Quiero saber que si algún día me equivoco o lo lastimo corro el riesgo de perderlo, y quiero temblar del miedo de tan sólo pensar en no tener a esa persona en mi vida porque me ha costado un esfuerzo hermoso lograr lo que tenemos

Enamórate de alguien mejor que tú. No necesitas a una persona que te quiera tal y como eres, necesitas a un compañero que te ayude a crecer, que día a día te haga mejor ser humano, que semana a semana te vuelva más “Tú”. Irónicamente, los mejores amores son aquellos que perdiéndote en ellos, te ayudan a encontrarte.

Busca a alguien que tenga aquellas cualidades que a ti te faltan, que tenga también algunos defectos que admires. La persona correcta no es solamente aquella que te acepta, es la que te ayuda a alcanzar tu máximo potencial. Y sí, el amor te tiene que hacer bien a ti, pero también te corresponde merecerlo y apreciarlo. Lo mínimo que deberías de ofrecerle a alguien que te está haciendo bien, es lo mismo a cambio.

Si ves que no tienes nada que darle, entonces no te quedes, mucho ayuda el que no estorba. Pero el amor condicionado no significa huir cuando las cosas se ponen difíciles. Más bien es saber identificar cuando realmente vale la pena estar, que es en las buenas y en las malas, o reconocer que las malas las provoca constantemente la otra persona y decir, ya no quiero estar aquí, ¡se vale! No es lo mismo tener que aguantar todo porque lo amas que elegir apoyarlo porque lo amas aún sabiendo que te tienes que amar a ti más.

Recuerda que una persona que realmente te ama jamás  te pondría en una situación de riesgo mental, físico o emocional. Viéndolo fríamente, el amor es una especie de contrato. No me refiero al matrimonio, incluso una relación de pareja es un acuerdo entre dos personas y no tiene nada de malo dejar clarísimo lo que necesitas y/o qué esperas de esa relación desde el principio.

El romanticismo es padrísimo y todo, pero en esta vida hay que ser prácticos también. Me refiero a que si quieres romanticismo, pídelo. Si quieres que nunca acabe la luna de miel, esfuérzate por ello. Si él te dice que necesita espacio mientras está en el trabajo, dáselo.

Las relaciones de pareja son la negociación más importante que haremos en nuestras vidas. En parte esto es porque idealmente no te debes de equivocar. Si no te gusta tu trabajo, renuncias. Si ya no aguantas a tu novio, cortas. Pero aunque ya nada (ni el matrimonio) sea para siempre, los hijos sí lo son. No puedes cortar ni divorciarte de un hijo, no puedes renunciar a él y tampoco lo puedes abandonar.

Hay muchas cosas mediocres en la vida, pero tu relación no puede ser una de ellas porque las ramificaciones que implica a largo plazo serán eternas. ¿Quieres amor incondicional? Cómprate un perro. Porque el amor de verdad lo tienes que merecer y sólo lo mereces ganándotelo. Tira ahora mismo la palabra “incondicional” por la ventana.