Must

Stories by Sofía: Si Coelho lo dice, ha de ser cierto

Cuando escuchamos la palabra amor hay una persona en particular que viene a nuestras mentes
Publicado el:

Cuando escuchamos la palabra amor hay una persona en particular que viene a nuestras mentes. Anda… ya sabes a quién me refiero. A tu amor, el amor de tu vida, al que pese al paso del tiempo, a nuevos amores que han entrado y salido; pese a todo, sigue siendo el que viene a tu mente cuando lees AMOR.

Decía Paulo Coelho que “…a lo largo de nuestras vidas tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede ser el padre o la madre de tus hijos. Es esa persona con la que consigues tu compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella. Hay un segundo gran amor, una persona que perderás siempre.

Alguien con quien naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarán de intentarlo… se rendirán y buscarán a esa otra persona a la que acabarán encontrando. Pero te aseguro que no pasarás una sola noche sin necesitar otro beso suyo o tan siquiera discutir una vez más. Sabes de quién estoy hablando, porque mientras lees esto se ha venido a tu mente.

Te librarás de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz, le sustituirás por calma, pero te aseguro que no pasará un día en que no desees que estuviera aquí para perturbarlo. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias”. Ok, Paulo, We get it… You’re likeThe love guru. Y sí, en efecto leí tus palabras e inmediatamente se vino a mi pensamiento exactamente ese amor al que describes.

El flechazo, la pasión, las miradas, los silencios cómodos y las risas eternas, todo eso fue estupendo e incluso cada pleito era un sinfín de palpitares que me emocionaban al mil. Y mucho tiempo pensé que ese amor era el amor de mi vida y a veces, incluso ahora, se me escapan esas palabras cuando hablo de él.

Luego leí este texto y encontré confort. Me rehúso a creer que ese niño, chico y cobarde que me dejó marchar, que me lastimó, que no supo luchar por nosotros cuando las risas se volvieron lágrimas, es el amor de mi vida. Ha sido el amor hasta ahora, y siempre lo querré, y siempre será mi referente de lo que es una bonita relación, pero fue sólo uno de mis amores y ahora tengo más claro que no es ni el hombre que quiero ni el que necesito para mí, porque el hombre de mis sueños jamás me hubiera tratado así, punto.

Soy una mujer que está acostumbrada a ser amada, mas no sabía lo lindo que era amar hasta que conocí a ese amor. Aprendí lo bonito que se siente dar amor, descubrí cuanto amor tengo para dar y me enseñó también lo que es que te rompan el corazón.

Pero, entre más crece mi lista de amores, más convencida estoy de que: ¿A quién le importa un carajo el primer amor? Démosle un aplauso a nuestro siguiente amor, que llegó o llegará a demostrarnos que todavía somos capaces de sentir cosas increíbles cuando pensábamos que nunca podríamos hacer eso de nuevo.

Es una realidad que nada bueno y nada nuevo puede llegar a nuestras vidas, si no le hacemos espacio, y hay una sombra con sombra del “amor de mi vida” que llevo mucho tiempo aquí y no la quiero más.

Hay que cerrar todas las puertas que un día se quedaron entreabiertas haciendo corriente, desordenando una vida y un pasado que tanto te costó organizar. Cerrar puertas, abre al instante otras; y abrir algunas, cierra, por suerte, otras tantas.

Pero hay puertas que las valientes estamos dispuestas a cerrar y tirar las llaves por la ventana.

"¿A quién le importa un carajo el primer amor? Démosle un aplauso a nuestro siguiente amor, que llegó o llegará a demostrarnos que todavía somos capaces de sentir cosas increíbles cuando pensábamos que nunca podríamos hacer eso de nuevo."

 

Fotos:  Especial

También podría interesarte:

Stories by Sofía: Ya no estoy en edad

Stories by Sofía: Ni tú eras para tanto, ni yo soy para ti 

Stories by Sofía: BYE BYE SUMMER, HASTA LA VISTA NEVERLAND