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Stories by Sofía: Como ser soltera

Cada vez que voy a casa de la abuela a comer me recuerda que puso una foto mía atrás de la cruz que tiene en su cuarto
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Cada vez que voy a casa de la abuela a comer me recuerda que puso una foto mía atrás de la cruz que tiene en su cuarto. Esto lo hizo para encargarme con Dios y pedirle que pronto me mande a alguien.

Al indicado, al hombre de mi vida, como lo quieras llamar, ella dijo que a estas alturas se conforma con que le caiga bien y no esté divorciado. No sabía, pero aparentemente ninguno de mis recientes le ha “latido”, me enteré porque mis ex fueron el divertido tema de conversación la última comida familiar. No sabes cómo la gocé (léase en tono sarcástico).

Cada vez que me dice lo de la foto, sonrío sinceramente. Siento nacer ese gesto risueño desde adentro de mí porque sé que de verdad lo hace con todo su amor y toda su buena intención.

También sé que no lee este suplemento los viernes, así que aprovecho para decir que me parece patético que desperdicie tan importante lugar en una cruz en una petición tan mundana cuando yo la estoy pasando bomba soltera.

No sé por qué llegamos a una edad en la que ya cada persona mayor a la que te topas y le cuentas que estás soltera te trata como si tuvieras una enfermedad terminal. Te tocan el hombro, entrecierran los ojos y con una sonrisa mitad de ternura mitad de lástima te dicen: “ya te llegará”. Joder, es lo mismo que hago yo en los velorios pero digo, “ya descansó”.

No entiendo por qué en nuestra sociedad tan conservadora es casi impensable creer que una mujer de 26 años (o sea, soy una bebé, nuevamente, tono sarcástico, pero no tanto) está felizmente soltera. No quiero decir que no me quiero casar, claro que quiero. Quiero toooodo el cuento de hadas completo.

La boda espectacular, a la que comparán con la de fulanita y perenganita, donde mis invitados se quejarán de la calidad de la comida y del volumen de la música. Quiero también al esposo guapo, exitoso, con el que me peleo y discuto.

Quiero llegar al brunch con mis amigas como buena señora de Las Lomas a quejarme del chofer, de las nanas, de lo abrumada que me siento por que tengo manicure y tengo que pasar a dejar a los niños al karate. O sea, el chofer los lleva obvio, pero coordinar todo eso igual esta cañón.

Quiero a los escuincles corriendo en mi casa fantástica con ventanales de piso a techo, y los perros en el jardín cavando algún hoyo mientras el jardinero los regaña. Si, sí lo quiero. Pero como ahorita no es lo que tengo, estoy disfrutando de la otra cara de la moneda. Ayer tuve dos dates, en el segundo, me preguntaron que si estaba saliendo con alguien más.

Creo que la sinceridad es básica ante todo, entonces dije que sí. Actualmente estoy saliendo con unas 3 o 4 personas. El hombre se rió y al despedirnos, justo antes de agendar la próxima cita conmigo, me dijo que soy una player en mujer. No saben la risa que me dio. 

Las mujeres siempre pensamos esto u otro de un hombre y decimos que es mujeriego, y que qué horror, cómo sale con tantas. Pero ahora que ya he vivido la perspectiva de un hombre, de ser una player, siempre con ética claro, puedo decir que realmente me ha fascinado.

Creo que lo más padre de la soltería es poder salir y comparar y descubrir qué te gusta, qué te disgusta, qué te ultra recontra encanta y todas los matices que hay entre uno y otro extremo. Los hombres lo han hecho bien desde siempre.

Y nosotras no lo habíamos descubierto sencillamente porque no está bien visto por la sociedad. Pero la verdad es que ahora que he probado esta manera de vivir mi soltería, diría con certeza que lo había estado haciendo mal toda la vida. Un consejo para todas mis nenas solteronas, guapas, jóvenes, joviales, divorciadas, viudas y lo que se les ocurra pero solteras… tienen que ser players para ganar en este juego del amor.

Les prometo que hasta el momento no me ha tocado uno solo que después de indignarse, no me vuelva a invitar a salir. Ellos también están jugando y ahora el reto, lo que les dará la victoria, es antojarme dejar a salir con los demás para elegirlo a él.

No saben qué divertida se pone la jugada cuando el objetivo es impresionarte para ganarse tu aprecio. Recuerda que en ésta y en todas las demás situaciones de la vida, el premio eres tú. 

Foto: Especial 

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