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Se acabó la séptima temporada de Game of Thrones -la serie estrella de HBO...

Rafael Micha

Rafael Micha M Sc. es Socio Fundador y Director en GRUPO HABITA, experto en relaciones públicas, marketing y VIPs. Conocedor y amante del arte.

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Se acabó la séptima temporada de Game of Thrones -la serie estrella de HBO que seguramente va a arrasar en la próxima entrega de los premios Emmy. El plazo para que de comienzo nuevamente el año entrante será insufrible, después de que este 2017 tuvimos tan sólo 7 episodios (vs. los 12 aprox. que se transmiten normalmente).

Y no hay ni fecha en el calendario. Ni nada de nada. En Netflix, salvo Club de Cuervos Temporada 3 con sendos capítulos filmados en La Purificadora, hotel en Puebla y en la ciudad colonial más bonita de México (#SorryNotSorry), no encuentro nada, nunca. House of Cards, cero. Lucifer, a lo mejor. Outlander a cuenta gotas.

Pero más bien creo que me urge un detox. Mi obsesión/adicción a ver series o binging (ver toda una serie, de corrido, sin pausas el mismo día) es mi nuevo vicio, y al parecer de ¡TODO México! Mi placer culposo de los ochenta, y la única serie que me hace antojar ahora que everything old is new again con Will & Grace, y otras más, es la nueva versión de principio de siglo XXI de Dynasty. ¿Lo anuncio por Facebook, Twitter e Instagram? A lo mejor con el reconocimiento de mi comportamiento lo puedo corregir.

La aceptación es el comienzo. Ya lo dijo Prince (RIP) en los ochenta: “You dont have to watch Dynasty to have an attitude!” pero sí que ayuda. La nueva versión 2.0 para los educados en This is Us, Pretty Little Liars y Gossip Girl está revamped! Más de todo: más gays. El personaje de Samy Jo que interpretaba la actriz guapérrima Heather Locklear ahora es Sam —hombre y homosexual, aunque todavía sobrino de la protagonista—. El hijo de Blake (el líder del clan Carrington tiene apenas 55 años) como en el show previo ídem. Más latinos empezando por Cristal, como la champagne y no Krystle como el personaje de Linda Evans, aunque ambas comparten el mismo “corte de cabello”.

Uppss las burbujas en error de continuidad y de libreto son Dom Perignon. Más moda, pero políticamente correcta: sin las estolas y las pieles en exceso que fueron el sello en los ochenta. Más casual chic y sin estrictos códigos de vestimenta, ya que casi nadie –como en los noventa– en el mundo real usa corbata, sino puros looks súper cool. Más locaciones: adiós a Denver, ahora como The Real Housewives of Atlanta y el programa multipremiado Atlanta se lleva allí mero. Oséase, más afroamericanos. Pocos, pero allí están presentes: para atizar romances interraciales (Fallon y su chofer). Para nuevos enemigos (Jeff Colby). Más elegante: la mansión muy “en tendencia” y con arte a tope, hasta un Cy Twombly en el lobby (y ningún cuadro impresionista), y con soundtrack tipo Spotify que incluye hasta música de David Bowie. Sin Joan Collins y su inolvidable Alexis al grito de “Get out of my building!”

Lo malo es que hay que esperar semana a semana para el estreno a cuentagotas que coincide en EU. con el canal CW. Así me ocupo (por si ocupas) los miércoles, mientras avanza ante la espera glacial y anual de mi serie favorita del “mundo mundial internacional” op cit. Tendré que concentrarme en ésta y en otras sintonías y estar muy atento para ver —yet again— algunas de sus repeticiones por allí y hasta por HBO2 en español y sobrevivir con la transmisión por SKY ONE cada mañana de TODAY (todo menos Las Estrellas), el nuevo talk show de Megyn Kelly, The Tonight Show con Jimmy Fallon y después Late Night con Seth Meyers. ¡Ojalá duren! Disclaimer: “Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa. Come frutas y verduras”. Lee todas las columnas en radarmicha.com y sígueme en Instagram @rafaelmicha, y en Twitter @rafaelmicha.

Foto: cortesía

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