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#RADAR MUNDO DEL VINO Y LOS PLACERES SENSUALES

Tomo prestado el título de mi guía, gurú y sensei en el intrincado mundo del vino

Rafael Micha

Rafael Micha M Sc. es Socio Fundador y Director en GRUPO HABITA, experto en relaciones públicas, marketing y VIPs. Conocedor y amante del arte.

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Tomo prestado el título de mi guía, gurú y sensei en el intrincado mundo del vino. On the record confieso que fue, es y será mi consen Deby Beard. Con ella degusté, conocí, caté y —por primera vez— oí hablar de las regiones vinícolas, el famoso “terroir” y otros temas de la cultura vitivinícola. Con su dirección e invitación viajé a La Rioja, conocí a Víctor Pascual, entonces Presidente del Consejo Regulador Rioja, quien me convenció de que “el primer enólogo fue el que cambió el agua en vino”. Allí con ella conocí los rostros de Rioja: desde la cara amable de Elena Adel, quien crea vinos tan distintos y diferentes como Ysios, Alcorta y Campo Viejo.

Allí me maravillé con su bodega que celosamente guarda unas 70 mil barricas de roble blanco americano y francés —moderna e impresionante— en la cual lentamente se marca el paso del tiempo del vino. Y me sorprendí en Ysios, testigo de propuestas de vanguardia y, además, por su impresionante diseño y corpulento vino que ha hecho historia recientemente por su bodega/obra de arte creada por Santiago Calatrava, que emula el viento, la sierra y la geometría abstracta de la Sierra de Cantabria. Con Deby en tantos años de amistad entre copa y copa, vino y vino, desde su Friné en diferentes encarnaciones hasta tantas excusas más.

Ahora se persigna con otro nuevo proyecto: Marcas de Lujo Asociadas. Pero para quien no tiene tanta suerte como la mía y le urge ayuda con los vinos, nada para conocer la materia como los clubes de vinos. En mi vida pasada, Ignacio Nacho Torreblanca me regaló su amistad, su confianza y compartió momentos insuperables al lado de su esposa e hijos a través del Club del Gourmet, Vinos de Gran Clase.

En ese exclusivo Club aprendí a disfrutar y compartir el gusto por el vino y a tomar ventaja de su tienda en línea. De esa época recuerdo todo. El gusto es recuerdo y con nostalgia y armado de una copa de tinto me acuerdo de todo, siempre. Allí está, también, el Club del Vino Mexicano, en la calle de Julio Verne, en Polanco. Y hoy, hoy, hoy les recomiendo Vinario, un pretexto ideal para generar momentos memorables y descubrir, de forma sencilla, los secretos mejor guardados del vino mexicano de la mente creativa de Valentina Ortiz Monasterio. El primer club de vinos mexicanos —para quienes apreciamos lo mejor de lo “Hecho en México”—permite que en la comodidad de tu hogar recibas, disfrutes y compartas de la aventura del vino regularmente. Vinario es una comunidad que con gran comodidad lleva a tu puerta, mes con mes, dos emblemáticas etiquetas de vino nacional seleccionadas por un consejo de expertos.

Las etiquetas son aquellas que están marcando pauta, conquistando paladares, ganando concursos o simplemente vinos que Vinario considera que todo mexicano debe probar, ya sea tintos, blancos, rosados, espumosos o, incluso, otros más arriesgados. Todas las botellas de Vinario tienen un común denominador: la garantía de calidad y, por supuesto, dejar huella en tu paladar.

En Vinario están convencidos que para saber de vino, no hay como probarlo. Así como conocer el origen y las cacterísticas de lo que probamos, es por eso que cada envío se acompaña de información útil y sencilla de la historia, los lugares y procesos detrás de cada selección. Ahora ofrecen un número limitado de membresías, priorizando cuidar el vino y a los socios.

Me invitaron, convencieron y me inscribí, y de manera expedita me llegaron unos correos electrónicos. El primero, para activar mi cuenta personalizada en Vinario y crear una contraseña. Después, además de darme la bienvenida, personalicé y actualicé mi perfil con mis preferencias personales. El último confirmó mi pedido. Y me llegó todo puntualmente: la selección de dos etiquetas del mes Vinario en abril son un Chardonnay de la reserva privada de L.A. Cetto, “blanco distinguido y consentidor”.

Y justo a tiempo para celebrar mi cumple con un Merlot de la Bodega Pozo de Luna, un tinto lleno de frutos rojos, ideal hasta para un mole. Lo demás será historia —mes con mes— y parte de mi experiencia personal. #AsiOMasTalentosas

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