6 consejos para ser buen catador de mezcal

Para muchos es sólo una moda más que llegó a los bares de nuestra ciudad, para otros es tradición, apoyo a lo hecho en México  y sinónimo de buen gusto.  Cual sea la idea que se tenga de esta fuerte bebida, nosotros  te damos 6 consejos que nos comparten  nuestras  amigas de Actitud Fem que junto con Héctor Vázquez, maestro mezcalero de Grupo Danzantes, nos ofrecen para  disfrutar de los destilados artesanales de nuestro país.

1. Lo primero que debemos  hacer es olfatear el mezcal. La nariz humana puede distinguir hasta 10 mil aromas, el problema es que no todos tenemos bien desarrollado el sentido del olfato. Oler el mezcal desde diferentes distancias y distinguir aromas… el primero que se perciba  seguramente es el ahumado o el aroma del alcohol  pero poco a poco se van descubriendo nuevos olores.

2. Para verdaderamente disfrutar del sabor del mezcal se debe ignorar los 2 primeros tragos. El primer trago se debe pasar rápido y sin pensar, ese servirá para preparar y abrir las papilas gustativas. El segundo traguito  debe pasarse  rápido también, sin ponerle mucha atención, sin jugar con él en la boca ni dejar entrar el aire.

3. El tercer trago es el primero que cuenta. A este punto nuestra lengua ya está lista para empezar a distinguir sabores. No olvidemos que el mezcal se bebe poco a poco;  está hecho para disfrutarse, no para tomarse en un solo trago. Esto sirve para descubrir la gran cantidad de sabores que encierra una botella.

 4. La lengua identifica cuatro sabores: salado, dulce, ácido y amargo. En cada botella de mezcal podemos encontrar los cuatro, sólo hay que poner atención.

5. Para identificar sabores en un trago de mezcal debemos echar mano de la memoria. Lo primero que venga a la mente, cualquier recuerdo es válido para detectar algún sabor.

6. Pasar de lo general a lo particular, tal vez se puede identificar cítricos en un primer trago y luego dar con sabor a naranja o a lima.

Si un mezcal está bien hecho no deberíamos sentirnos mal si no lo mezclamos, a pesar de que tienen arriba de 45% de alcohol, su proceso de destilación y maduración no incluye azúcar así que no afecta nuestro sistema como otras bebidas.