Interesante entrevista con Gerardo Ruiz Velasco

El empresario tapatío y propietario de la firma Crabtree, pone en alto el diseño mexicano al tiempo que continúa con una amplia tradición familiar.

¿Cómo inicio tu gusto por la marroquinería?

Mi madre comenzó con una máquina de coser en mi casa a fabricar calzones de hule, de ahí con mi padre iniciaron con monederos, posteriormente bolsas y el negocio creció.

Así que crecí practicamente en un taller, desde los 16 años mi padre me embarcó en un avión y me dijo: “vete al extranjero para saber qué tendencias vienen”.

Siempre trabajé y estudié y pasé por todos los puestos de la empresa. Cuando tenía 21 años me casé y comencé con un pequeño taller de seis personas, porque era lo que sabía hacer.

¿Por qué le pusiste ese nombre a tu empresa?

Mi esposa se llama Paty Crabtree, y por ella decidí llamarla así. A pesar del nombre somos una empresa 100% mexicana.

¿Por qué crees que en México pesa más la firma extranjera?

Como empresario tapatío lo importante era vender, no hacer tanta presencia de marca, nos falta mucho esa estrategia, explotarla. Aunado a eso, la moda va a una rapidez impresionante, ahora tenemos cuatro colecciones por año.

¿Cuál fue la mejor enseñanza que te dio tu padre?

Siempre dijo que quien hiciera la bolsa tenía un precio, el chiste es saberse administrar para poder perdurar.

¿Existe algún secreto para el éxito?

Mucho trabajo y pasión; si no lo sientes, no te metas. El que quiere trabajar por dinero no va a llegar, para mí cada bolsa es un hijo chiquito, es parte de mí.

¿Involucras a tu familia en el negocio?

Sí tengo tres hijos y en vacaciones los mayores me reclaman porque trabajan de 8 de la mañana a 2 de la tarde. Ese filosofía me la inculcó mi padre y es la que sigo con mis hijos; es duro, pero funciona.