Moda

Glamour al estilo de Ángel Sánchez

El diseñador venezolano nos presenta su nueva colección primavera-verano 2017 de la mano de Frattina
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Frescura y feminidad son las características que definen a la nueva colección del afamado diseñador Ángel Sánchez, quien lanza su temporada primavera-verano 2017, de la mano de Frattina.

Marimar Serratos, Estefanía Hernández y Carla Mondragón lucen los nuevos modelos de los vestidos de fiesta que muestran una paleta de colores desde el negro, pasando por el gris plata, azul rey, rosa pastel, hasta llegar al blanco.

Los colores de su colección están inspirados en el archipiélago de los Roques en el caribe venezolano, su tierra natal.

A lo largo de los años, ha logrado entender la figura femenina, tratando de que luzcan más delgadas, y no es casualidad que Eva Longoria, Sandra Bullock y Taylor Swift estén en su lista de clientes.

Famoso por diseñar los mejores vestidos de novia y en la cumbre del éxito, Ángel nos platica de esta nueva colección, de su inspiración y de lo importante que es su madre y su país para él.

Originario de Valera, un pequeño pueblo en Venezuela, Ángel nació entre costuras, ya que de su madre heredó el gusto por crear. “De ella surgió mi interés por expresarme creativamente a través de la moda. Mi madre es la mejor costurera del mundo”, comentó el diseñador.

Le parecía muy interesante cómo ella transformaba un pedazo de tela en algo tan especial con sólo una máquina de coser. "Nos sacó adelante con su trabajo. Éramos una familia de seis hermanos". Ángel se convirtió en el mejor asistente de su madre en el trabajo.

A los 17 años llegó a Caracas para estudiar la carrera de arquitectura en la Universidad Simón Bolívar, de la que se graduó en 1984 y ejerció por dos años. Desde siempre mostró su talento por crear proyectos con mucha proporción y líneas sencillas, sin embargo, su inquietud por la inmediatez, hizo que el crear un edificio le causara cierta desesperación porque esperar a ver los resultados de los planos un año después era mucho tiempo.

En cambio, construir una idea y verla plasmada en días en un vestido, le daba una emoción inmensa. “Estudié arquitectura porque jamás pensé que la moda era una profesión; para mí era un oficio el hacer ropa, pero no una carrera como tal porque estaba mal visto”. Un profesor de la universidad le dijo que cómo era posible que dejara de ser arquitecto, para hacer trapos, además de que se pasaba el tiempo haciendo bocetos de figuras femeninas, pero el hecho de cambiar de oficio le causaba mucho conflicto.

Descubrió su verdadera vocación cuando una amiga de la universidad llamada Vilma le pidió que le ayudara a hacer su vestido de novia. "Fuimos a escoger la tela y tenía mucho volúmen". Quién iba a decir que varios años después Eva Longoria y Sandra Bullock le pedirían que confeccionara su vestido de bodas.

Cuando Ángel inició en el mundo de la moda, no estaba bien definido este concepto ni en Venezuela ni en América Latina. "Existían los modistos que confeccionaban trajes, pero no los diseñadores de moda; y las semanas de la moda en cada país eran impensables. Hoy en día encuentro que la moda es respetada igual que cualquier otra profesión”.

Las bases que aprendió al ser arquitecto le han sido de gran ayuda para lo que se dedica actualmente; se fija mucho en las líneas y en la proporción, por lo que el ornamento no es lo protagónico en cada uno de sus diseños. Contar una historia o montar una colección no lo hubiera podido lograr sin ese back-up que tiene.

Diez años después de que inició en este mundo, Ángel era todo un icono de la moda en su país natal, donde se sentía muy a gusto con su gente, sus creaciones y sus clientes, sin embargo, la necesidad de compararse con otros diseñadores lo llevó a trasladarse a Nueva York, donde reside desde hace 12 años. “Para mí lo más difícil de llegar a esta ciudad fue cortar el cordón umbilical con Venezuela en el tema afectivo; mis amigos y mi familia”.

Si alguien me preguntara qué significa euforia, contestaría que son los aplausos en los últimos minutos de mi desfile.

Además la vida en una de las ciudades más importantes del mundo no fue fácil, el diseñador tuvo que luchar con egos y con la idea de que todo es a través de contactos sociales, como ir a fiestas en las que la gente te vea. Él confío plenamente en que su trabajo hablaría por sí solo, idea que tenía muy arragaida de su familia.

"Me daba vergüenza regresar a Venezuela sin haber tenido éxito, por eso cada vez que quería dejar todo me aguantaba"

Y así fue como la Gran Manzana le abrió muchas puertas, ya que empezó una carrera desde cero, entre mucha gente que es excelente en su trabajo y le dieron ganas de seguir adelante siendo cada vez mejor. “Aprendí a ser humilde, me di cuenta que no era ni tan bueno, ni tan perfecto. Había muchas cosas en las que debía mejorar para crearme un nicho”.

La sencillez ha sido parte del éxito que lo caracteriza, ya que asegura que no vive en un mundo de lujos, porque nació en una familia humilde de la que se enorgullece y de la que ha mantenido los valores para crecer en este medio tan difícil. "En Nueva York tiene mucho que ver quién eres y con quien te lleves y yo no soy así".

La primer celebridad que llegó a la vida del diseñador fue Sandra Bullock, quien le pidió que confeccionara su vestido de novia, después llegó Eva Longoria, Taylor Swift, Thalia y Maryl Streep. “El tema de las celebrities y los diseñadores de moda ha cambiado a lo largo de los años. Antes, como me pasó a mí, ellas te buscaban, ahora todo es por contrato y las marcas les pagan por usar sus creaciones”.

Frescura y feminidad es lo que viene a mi mente Cuando pienso en esta colección.

Sin embargo cada vez que atiende a una clienta nueva o presenta una colección siente la misma emoción que cuando empezó. Los nervios que siente al presentar sus vestidos en una pasarela son exactamente iguales que al inicio. “La gente ignora que existe todo un proceso de preparación atrás de cada desfile que inicia cuatro meses antes e implica investigación de materiales, concepto, historia, etcétera, por eso a mis colecciones siempre les pongo un nombre, porque representan un proceso de expresión”. No se fija en tendencias actuales, ni en la moda de la gente que está en la calle, simplemente su moda es una manera de decir lo que siente y piensa.

Lo más emotivo en los desfiles es la ovación de la gente, que se convierte en el termómetro para Ángel con su madre, quien es su más grande inspiración medir si gustó o no su colección. “Si alguien me preguntara qué significa euforia, contestaría que son los aplausos en los últimos minutos de mi desfile”. Hoy en día, se siente mucho más seguro que antes al momento de diseñar y de presentar un desfile en una pasarela.

Sobre los diseñadores que lo inspiran menciona a Carolina Herrera, que además de admirarla se convirtió en su amiga cercana. La manera en cómo se ha mantenido vigente a través de los años, además de que reconoce la relevancia que tienen a escala internacional. Narciso Rodríguez es otra de sus grandes inspiraciones.

Mi madre es la mejor costurera del mundo. De ella surgió mi interés por expresarme creativamente a través de la moda.

Sin embargo, Ángel no se queda atrás de estas grandes figuras de la moda ya que ha sido considerado parte de la nueva ola de diseñadores latinoamericanos que destacan en el gusto de la gente por su estilo, que es el balance perfecto entre la moda clásica y atemporal, y los tintes frescos y modernos.

A pesar de su gran éxito, le faltan muchas metas a realizar. Acaba de abrir un showroom en Miami, y le gustaría hacer lo mismo en dos o tres ciudades más. Tiene en la mira expandirse a varias ciudades, siempre poniendo el nombre de Venezuela en alto y recordando que no sería quien es, sin el apoyo de su familia y de su país.

 

Fotos: Rodrigo Terreros

 

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