Perfiles

Angéle Dubeau y su ensamble de cuerdas llegan a México

Angéle Dubeau, considerada una de las mejores violinistas del mundo estará en nuestro país próximamente para presentarse junto a su famoso ensamble de mujeres La pietà en el magestusos Castillo de Chapultepec donde interpretarán temas de algunas de las películas más famosas del siglo tales como La Misión, Cinema Paradiso, Titanic, Perfume de Mujer, entre muchas otras.

 

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Angéle Dubeau, considerada una de las mejores violinistas del mundo estará en nuestro país próximamente para presentarse junto a su famoso ensamble de mujeres La pietà en el magestusos Castillo de Chapultepec donde interpretarán temas de algunas de las películas más famosas del siglo tales como La Misión, Cinema Paradiso, Titanic, Perfume de Mujer, entre muchas otras.

 

Su capacidad de hacer música ha sido tan excepcional que han despertado en todo tipo de público la pasión por la música clásica, ya que lo mismo pueden interpretar clásicos como Mozart; hasta temas de Abba, la Bella y La Bestia y soundtracks de películas.

 

Intrigados por la conformación de este ensamble de puras mujeres nos sentamos a platicar con Angéle sobre su vida y los caminos que la llevaron a conformar La pietá.

 

¿Cómo nació tu interés por la música?

 

Crecí en una familia de 8 hermanos así que para mis papás era muy importante que aprendiéramos a tocar un instrumento. Cuando tenía 4 años yo quería tocar el Violoncello y como aún era muy pequeña para tocarlo, me regalaron un violín que de inmediato se convirtió –y lo sigue siendo hasta ahora- en una manera de expresarme.     

 

 

¿Dónde aprendiste a tocar?

 

Empecé a tocar a los 4 años cerca de mi pueblo natal en Joliette. Ahí aprendí lo que considero fue lo más importante, el placer de tocar y la curiosidad por aprender. Después me mudé a Montreal y entré al Conservatorio de Música de la Ciudad cuando tenía 8 años y finalmente estudié en Nueva York en la Escuela de Música Julliard con Dorothy Delay.

 

Por favor, cuéntanos la historia de tu Stradivarius…

 

Es conocido como “Desrosiers” porque ese fue el nombre de la primer familia originaria de Lyon, Francia que lo tuvo. Es mío y lo toco desde 1977. También tengo otro magnífico violín francés Jean Baptiste Villaume.

 

 

Formaste tu propio ensamble de cuerdas con puras mujeres, ¿de dónde surgió esa idea?

 

Solía viajar todo el tiempo sola, aún cuando tocaba con diferentes orquestas alrededor del mundo. Era difícil lidiar con la soledad. Así que en un principio me decidí a crear un ensamble de Vivaldi, pero con el tiempo me di cuenta que trabajar de tiempo completo con una orquesta era mejor idea. Empecé a hacer una lista con nombres de artistas con las que me gustaría trabajar y de pronto noté que las primeras en la lista eran sólo mujeres y me pregunté si podría hacerlo de esa manera y funcionó. Así fue como fundé La Pietá. El nombre  me vino pensando en un pequeño orfanato para niñas en Venecia donde les enseñaba a tocar música el mismísimo “maestro di coro” Antonio Vivaldi.

 

¿Qué parte de tu trabajo es el que más disfrutas?

 

Como músico, mi principal motor siempre ha sido el público. Así que lo que más disfruto es salir al escenario y tocar frente a ellos.

 

 

No es la primera vez que vienen a México, ¿qué esperas del público mexicano?

 

La música no tiene barreras es un lenguaje universal capaz de expresarse en diferentes emociones. Espero que la gente venga y comparta su pasión por la música y disfrute el momento.